jueves, 23 de agosto de 2012

Anotaciones de un simio 4

Miles de años de evolución cultural en nuestra especie para descubrir que una mariposa aleteando al otro lado del globo puede producir un tsunami. ¿Alguién se lo cree? Yo al menos si. 

No me hace falta mucho para demostrarlo empíricamente. Eso si, necesitamos recurrir a nuestra imaginación para ello, y por supuesto, creer que el ser humano además de tener la capacidad de decidir que camino tomar, está sometido a una serie de variables que coexisten en su entorno. 

Por lo tanto, empecemos a desvariar y retrocedamos al pasado intentando imaginar dos de nuestros antepasados directos. Un hombre y una mujer de la que depende toda una larga descendencia que llega hasta ti. Situemoslos en el medievo y cual adicto lector de novelas empecemos a imaginar su historia. ¿Cómo se conocieron? ¿Cual fue el motivo que los unió? ¿En que momento procrearon? Seamos más concisos. Imaginemos que esa mujer está prometida con un hombre diferente al que hemos ideado antes. Ese hombre trabaja en el puerto y un día es mordido por una rata que desgraciadamente le contrae una desvastadora enfermedad como la peste. Este muere al tiempo, y esa mujer queda de nuevo libre. En ese momento, por casualidades del destino, conoce a un joven aprendiz de uno de los tantos oficios de artesanos que había en esa época y se enamoran. Pasados los años se prometen, se casan y tienen hijos que seguirán la cadena de descendientes que llegará hasta a ti. 

¿Qué hubiera pasado si esa rata no hubiera mordido a ese otro hombre? ¿Existiriáis? No, no lo hariáis. Posiblemente esa mujer se hubiera casado con ese hombre. O a lo mejor hubiera conocido a ese aprendiz, y por desdichas de la vida se hubiera visto en un trío amoroso que le hubiera llevado a la locura y morir por su suicidio. ¿Quién puede llegar a predecir eso? Nadie. Pero está claro que todas esas variables afectan a los seres humanos. Aun que lo que está claro en pocas palabras, que pasara lo que pasara, vuestra existencia se debería a que una rata hizo morir a un hombre de peste en el pasado. 

¿Seguiís sin creer en la mariposa? Quizá el ejemplo sea una simple hipotesis, pero si eres capaz de entenderlo, también eres capaz de entender que todo lo que hoy conocemos no es más que una posibilidad más de lo que podría haber sido, y que de haber cambiado una pequeña situación, no sólo el mundo sería distinto, sino que a lo mejor, no hubieras ni existido.

¿Es entonces el ser humano libre de elegir su destino, o simplemente es una tuerca más del engranaje que hace funcionar el mundo? No hay duda de que hubo en un momento de la evolución, como dijo el gorila con gafas en un post anterior, que obtuvimos capacidad de utilizar un lenguaje complejo que nos permitiera hacer uso de la razón, que nos hiciera entender conceptos abstractos como el que acabo de explicar, y que en consonancia, nos dio la capacidad de tomar decisiones utilizando algo más que el instinto que guía a los animales. Pero ¿No es acaso la capacidad de razonar también un ente sometido a las mismas variables que el instinto animal, y que en consecuencia, el ser humano a pesar de que pudiera llegar a entender las consecuencias de sus decisiones gracias a la razón seguiría eligiendo influenciado por el entorno que le rodea?

No hay comentarios:

Publicar un comentario