Todavía recuerdo aquel año en que compartimos piso. Realmente estabamos muy entusiasmados. Los dos mejores amigos de por aquellas viviendo juntos. Sé que sonará a tópico, pero cuando vas a convivir con personas que a priori son tus amigos y con las que nunca has convivido las cosas se tornan un tanto violentas, especialmente, con el tiempo. Y hablo del tiempo, porque es con el tiempo que empiezas a conocer las rarezas, las manías, las extravagancias o como queráis llamarlo, de la persona. Es cierto que yo tengo algunas, como la de morderme las uñas, morder cosas o ponerme a tirar bolas del papel y hacer toques con la cabeza según caen. Admito que pueden parecer molestas, pero siempre lo hacía con mis cosas. Sin embargo, lo de mi amigo el Babuino no tenía nombre. Lo suyo no sólo eran rarezas, era racanería pura y dura, y un día oyéndolo hablar con un amigo de los dos por teléfono, enfurecí.
- Si tío, parece un perro, lo está mordiendo siempre todo. Y es que hasta las uñas de los pies. Es un cerdaco. Y cuando le da por hacer toques con bolas de papel acaba siempre tirando algo frágil al suelo. Me tiene harto, si lo llego a saber alquilo solo. Parece un crío ¿Y si tiene algún síndrome de peter pan o algo así? Me acuerdo que antes de esto también era algo niño en sus acciones.
- ¿Estás hablando de mí?
- Oh...no sabía que estabas ahí. No no, hablaba de mi perro Goku, que ya sabes como era.
- ¿Tu perro Goku se muerde las uñas?
- Eh...¿Si?
- Tío...eres un cabrón. ¿Cómo te atreves a hablar mierdas de mí, y a mis espaldas?
- Es que eres insoportable nen.
- ¿Yo insoportable? Pero me cago en la puta de oros y si me apuras en la de bastos macho. Yo tendré estas cosillas pero es que tu puta obsesión por el ahorro es enfermiza.
- Encima que me esfuerzo por mantener las cuentas.
- Una cosa es ser ahorrador y otra cosa es lo tuyo. Para empezar, yo no sé quién cojones te dijo que poniendo el grifo del baño goteando y un tapón ahorrabas agua porque el contador no funcionaba. Pero te engañó. Y aunque no fuera así, cuidado...que nos ahorramos un cubo de agua para fregar, cuanto ahorro.
- Oh vaya, no necesitaríamos fregar tanto si cuando estás con tus jueguecitos de pelota de papel no derramaras cosas al suelo.
- Oh es cierto, derramo cosas. Como la leche aguada. Que lo sé, no te creas que no te he visto. Le echas agua para que cunda el cartón. Qué a veces me pregunto si lo haces con esa misma agua del grifo que mantienes goteando so friki. En mi vida he visto persona más miserable y tacaña.
- No tendría que aguar la leche si no estuvieras bebiendo café con leche a todas horas.
- Tío, bebo café porque tengo parciales.
- ¿Todo el año?
- Pues casi todo el año. Además, que no he acabado...(sapos y culebras)
A todo esto el chaval que estaba por teléfono grabó casi toda la discusión. Podéis imaginaros el panorama la siguiente vez que quedamos en grupo. Todos nuestros amigos recibiéndonos a carcajadas y contando nuestras miserias mientras él y yo nos moríamos de la vergüenza. Aunque todo hay que decirlo, del que más se rieron fue de él. Y es que...¿se puede ser más tacaño?
Nuestra amistad no se rompió. Era demasiado buena. No obstante, al año siguiente decidimos irnos a vivir solos.
Entiendo perfectamente eso de que cuando convives con un amigo con el que nunca has convivido las cosas se tornan un tanto violentas... me ha pasado xD
ResponderEliminarEs absolutamente hilarante.
ResponderEliminarA.