Hoy me he levantado con espíritu de sabio y he decidido que compartiré mi valiosa sabiduría con vosotros. Bueno, en realidad tiene más valor una boñiga que mi sabiduría, y a los hecho me remito. Mi sabiduría os la pasáis por donde sale la mierda, la boñiga alimenta a vuestras plantas y algunos jugáis a tirarosla a la cara entre vosotros. Aunque dejemos de dispersarnos en esta comparación de valía entre una mierda y mi sabiduría. Sé que os parece a todos muy metafísico, y que prefeririáis ver un video en el que se viera la grotesca imagen antes descrita, pero hoy he venido a hablar de otra cosa. Turismo de fotografía.
Realmente no sé si este concepto existe, o lo voy a acuñar yo por primera vez, en cualquier caso lo explicaré. El turismo de fotografía es este fenómeno que ha experimentado la cultura material desde que esta pasó a ser un producto. Os explico. La cultura material abarca desde el plato de cerámica de un antiguo poblado íbero hasta la Capilla Sixtina, pasando por monumentos, esculturas, cuadros, etc. Y el turismo de fotografía es básicamente fotografíarse al lado de estos testigos vivientes de la historia, y cual adolescente con hormonas desbocadas se hace foto tras foto en el espejo del baño de su casa, hacer lo mismo con todos los reclamos turísticos.
Dicho esto algunos os preguntaréis ¿Y qué tiene de malo? En realidad no tiene nada, es más, si queréis hacerlo seguid haciéndolo. No vais a hacer daño a nadie por ello. Pero a mi me parece una aberración de magnitudes colosales. ¿Por qué? Pues para empezar, porque me parece una estafa, y es increíble que no os déis cuenta los que lo hacéis. Creo que lo único peor que esta estafa es pagar por... !Qué se yo¡ ¿Te tiren mierda de vaca a la cara? Estáis pagando una pasta para viajar y trasladarte allí donde están los monumentos, y lo único que se os ocurre una vez allí es haceros una puta foto. Foto que subiréis a una red social con una descripción más pretenciosa que yo ahora mismo y que diría algo así como "Miradme estoy en Roma al lado de un Arco del Triunfo de Constantino". Sin embargo, no tendréis ni puta idea de lo que hay detrás de todo ese monumento. No sabréis que hay un bajorelieve que está describiendo una batalla. Tampoco sabréis de que batalla es, en el caso de que os percatéis del bajorelieve, y un largo etcetera de datos de la obra. Habréis recorrido cientos de kilometros no para conocerlo si no para haceros una foto de mierda de la que podréis presumir delante de vuestros conocidos. Y esto es aplicable al resto de obras en las que os fotografiaréis.
Si queréis un consejo para no ser objeto de esa estafa haced lo siguiente. En vez de preparaos un tour de en donde queréis fotografiaros pasando por todos los lugares sin parar a contemplarlos, preparaos uno de menos lugares. También hay que tener en cuenta el tiempo que vayáis a estar estéis. Pero si estáis un fin de semana, en vez de intentar verlos todos en dos días, buscar uno para cada día. Id con un libro que hable de la obra que estáis contemplando. Si no queréis cargar con un tocho pillaos uno digital, o que sé yo, buscar por internet antes, o in situ, y si no tenéis gana de eso, contratad un guía, pero por favor, tratad de conocer la obra. Y cuando digo conocer, me refiero a conocerla íntegramente. Se trata de que ella te relate una historia única. Su historia ¿Quién la creo? ¿Cuando?¿Por qué? ¿Qué influencia tuvo en la época?, etc, etc. Ahora os parecerá una chorrada, pero probarlo. Porque no es lo mismo volver de un viaje de pasada por los monumentos, que habiendolos conocido.
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